viernes, 31 de diciembre de 2010

GUSTAVO BUENO: VOLVEMOS A LA CAVERNA

GUSTAVO BUENO
http://www.larazon.es/ediciones/anteriores/2004-05-18/contra.htm
LA RAZÓN, Madrid-España martes 18 de mayo de 2004
GUSTAVO BUENO: VOLVEMOS A LA CAVERNA
Compilado por ClaudioSerraBrun.
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(/.../)
(/.../) Pregunta:«La vuelta a la caverna». ¿Por qué cree que volvemos a la caverna? ___
Respuesta:-Es una referencia a la caverna platónica. Salimos del reino de las sombras a la luz de las ideas, pero otra vez volvemos al reino de las sombras, a la caverna, porque las ideas no tienen fuerza para subsistir por sí mismas. Estamos en la confusión, la gente quiere volver a la caverna.
P: -Se analizan dos series de hechos: el «No a la guerra» y el «No a la globalización». ¿Qué tienen en común? R:-El simplismo. Cuando dicen «No a la guerra» no saben lo que están diciendo. Y si se analiza ese «No a la guerra», se ofenden. Les da pereza pensar. «No me líe», dicen para no apearse de las evidencias arraigadas. P:Orden impuesto. Dicen que quieren la paz...
R:-Pedir la paz es una abstracción, es como pedir libertad. ¿Paz para qué?, diríamos parodiando a Lenin. La paz es el orden impuesto por el vencedor. ___P:-¿Usted se ha manifestado contra la guerra, contra la globalización?
R:-Me considero tan insignificante que no tomo partido. No me comprometo, sólo analizo.
P:-¿No se ha manifestado nunca contra nada?
R:-Estuve el otro día en San Sebastián manifestándome contra ETA. A mi lado gritaban «¿Libertad, libertad!». Me dijeron que por qué no gritaba y yo respondí: «No grito libertad porque no me siento esclavo».
P: -Crecen los movimientos pacifistas...
R:-Hace falta definir qué paz se quiere. ¿La paz de Ibarreche? ¿La paz de Castro? ¿La paz de EE UU? ¿La paz islámica?
P: -Usted, ¿qué paz quiere?
R:-Mi descanso es la pelea, como decía don Quijote.
P: -No ha habido manifestaciones a favor de la guerra...
R:-No hay nadie que quiera ir. La guerra no se busca, se encuentra. Está más ligada a los Estados que a la violencia. No son justas o injustas, sino prudentes o imprudentes, según las necesidades de los Estados.
P:-Hombre, yo diría que parece que el hombre se ha vuelto menos belicoso...
R:-No. El hombre no se ha vuelto menos belicoso, sino más imbécil.
P:-¿Nuestros males vienen del capitalismo?
R:-Vienen del Estado.
P:-Parece un anarquista de derechas...
R: -No, ja, ja, ja, es el método filosófico.
P: -Dice que la paz no es ausencia de violencia...
R:-La violencia está en la paz. ¿O es que no metemos a la gente en la cárcel para preservar la paz?
P: -Dicen que el terrorismo es la nueva forma de guerra...
R:-No es lo mismo terrorismo que guerra.
P: -Todavía no se ha logrado una definición consensuada de lo que es terrorismo. ¿Esto evidencia que...?
R:-Que son conceptos muy oscuros que cada uno define con arreglo a sus intereses. Hace falta más análisis. No olvidemos que hasta hace poco, algunos países democráticos consideraban ETA como guerrilleros.
P:-¿Cree que algún día los terroristas de ETA serán considerados guerrilleros?
R:-Si Euskadi se convierte en república, sin duda. Yo creo que son asesinos a los que se debería fusilar.
P:-¿Así se lucha contra el terrorismo?
R:-Contra ETA es necesaria la represión violenta. El caso del terrorismo islámico es aún más difícil de combatir, porque detrás tiene Estados. Yo creo que después del 11-S la guerra era inevitable.
P:-Pero no ha solucionado nada...
R:-Hay que dar la cara: es la dialéctica de la historia. No se trata de solucionar, sino de seguir viviendo.
P:-¿España ha hecho bien retirando sus tropas de Iraq?
R:-Creo que ha hecho mal: ha parecido complicidad, huida... Ha parecido que seguía el ritmo impuesto por el terrorismo islámico.(/.../)
.(/.../)
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Compilado por ClaudioSerraBrun.
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LA PURA CULTURA DE LA MUERTE

Por Guillermo A. Maci
Thursday, October 7, 2004 07:30 p.m.
La pura cultura de la muerte Por Guillermo A. Maci Para diario LA NACION. Argentina
http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=641939&origen=premium
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(.../.../)
.../Freud decía que, de no ser por la melancolía, la paranoia conduciría por sí misma a la "pura cultura de la pulsión de muerte". Freud no utiliza allí el término que en alemán también significa cultura, pero como creación (Bildung), sino el que indica la cultura como cultivo (Kultur), cosecha calculada del rédito de la muerte. Con esto insinúa la diferencia fundamental entre la cultura de la vida y la cultura de la aniquilación. Muy poco tiempo después de que Freud escribiera esto, se encargaba el régimen nazi de implantar la cultura de la aniquilación, destinada a "resolver definitivamente" el "problema judío".
Pero Freud analizaba los supuestos del acto manifiesto. Por eso se preocupaba de una pulsión, de un sentirse arrastrado a ser ejecutor de la muerte, porque la muerte podía representar el poder omnipotente del amo absoluto: el amo de la muerte (der Herr des Todes), que representa dramáticamente por su poder absoluto la posibilidad de dominar por medio de la aniquilación (Beherrschung).
/..../
/..../ También afirmaba con profundidad Freud (en Psicología de las masas y análisis del yo) que si no se reduce el coeficiente de los celos, la envidia y la rivalidad, el odio hará imposible la coexistencia de la sociedad misma, en todo su alcance. La sociedad del odio es una asociación mortal que, a través del resentimiento, aniquilaría todo aquello que no se resigna a admitir como valor, porque trasciende a las ambiciones absolutistas de sí mismo (el yo absoluto, el yo como un único y absoluto ideal). Entonces, hay que destruir todo lo que no es el espejo de sí mismo como ideal. La cultura del puro poder, el poder que no consiste en la creación, sino en el rencor del resentimiento, tergiversa todos los valores, como pensaba Nietzsche, y transforma el resentimiento y la venganza en el substituto de la lucha por un ideal que va más allá de uno mismo. Entonces, la muerte suplanta a la vida y un poder vacío se instaura como soberano: sólo vale el espejo confirmatorio del yo como único ideal. Por último, todos terminamos por ser victimarios de nosotros mismos y la cultura de la vida (Eros) es invertida en su sentido y transformada en la cultura de la muerte (Tánatos). El soberano absoluto devora a todos los que ceden a su poder omnipotente. Es lo que Hobbes caracterizó como el Estado Leviatán, dándole el nombre de un monstruo marino, citado en el libro de Job. Con toda ironía señalaba Hobbes que, una vez delegado el poder social en el Estado soberano, éste devora a los individuos para sustituirlos.
/../
/.../ La realidad demuestra en lenguaje trágico las falacias del delirio de la presunción. ¿O acaso la tragedia que hoy nos aqueja no le debe nada al compromiso de quien declara que la cultura no es una prioridad? ¿No representa esta manipulación una violencia intrasocial y colectiva? El poder produce reacciones en el seno de la sociedad y hace imposible comprender incluso los síntomas de la patología social.
/.../
Guillermo A. Maci estudió Filosofía y Psicoanálisis Durante muchos años, estudio y enseñó griego clásico, Lingüística, Antropología, Lógica operacional, Epistemología y Ética. Estos estudios le permitieron volver a analizar las tesis de Husserl y Heidegger y establecer, según su propio enfoque, nuevas bases acerca de los grandes e inasibles interrogantes de la Filosofía y la Psicología contemporánea. Durante ese período, fue profesor en la Universidad de Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata y El Salvador, como también de instituciones psicoanalíticas. Los autores que más influyeron en él fueron Ortega y Gasset, Heidegger, Husserl, Merleau Ponty, Sartre, Freud y Lacan. Asimismo, en el ámbito local, se sintió muy comprometido con la línea de pensamiento de Francisco Romero, Carlos Astrada, Vicente Fattone, Eugenio Pucciarelli. Cabe destacar la figura de Jorge Luis Borges, uno de sus maestros, quien lo deslumbró, tanto por su talento literario como por su faz de pensador. Es autor de obras como La otra escena de lo real (1980); Repetición significante, objeto y marca (1983); El objeto y el otro (1987); El ojo y la escena (1999), que en su conjunto constituyen una crítica filosófico-científica del psicoanálisis después de Lacan. /.../
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(De: http://www.tesera.8m.com/interact1.htm Entrevista a Guillermo A. Maci. Colaboración especial de Carla Gigli para la revista Tésera.)
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LA VISCOSA IDEOLOGÍA PACIFISTA DE LA FARÁNDULA SOCIALDEMÓCRATA

Por GUSTAVO BUENO
Saturday, December 4, 2004
El Catoblepas Revista crítica del presente. nº33-NOVIEMBRE2004 "La viscosa ideología pacifista de la farándula socialdemócrata" Por Gustavo Bueno (Ref.Autor: http://www.nodulo.org/ec/aut/gbm.htm ) El Catoblepas • número 33 • noviembre 2004 • página 2
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La viscosa ideología pacifista de la farándula socialdemócrata Por Gustavo Bueno
Un análisis de las reacciones españolas ante la reelección de Bush como presidente de los Estados Unidos de América (del Norte) Farándula y socialdemocracia no son lo mismo. Por de pronto, la farándula es mucho más antigua: tiene que ver con una danza de la Provenza y con unos farsantes (creadores de farsas, cómicos de la legua) vagabundos (que algunos filólogos alemanes, «barriendo para casa», asociaron al verbo fahren, viajar). La farándula estaba emparentada con el mester de juglaría, y representó ese espíritu libertario, bullangero, teatral, desenfadado, humanista, utópico, pacifista, crítico del sistema económico y político, en el cual, sin embargo, los de la farándula vivían, y al que servían. La socialdemocracia, que apareció siglos después (como un cuarto género de izquierda), mantuvo un cierto espíritu libertario, muy moderado y conciliador, y siempre relativo, incluso frente a la severa disciplina de los partidos marxistas anarquistas, que consideraban a sus posiciones conciliadoras y gradualistas como una traición –el «renegado Kautsky»–, como una vuelta al capitalismo. (/.../)
(/.../)
(/.../)Las actuaciones públicas (de la farándula), como trujamanes de la «conciencia del pueblo», consistieron al principio en poner sus nombres entre los cientos y cientos de firmas que suscribían los manifiestos de protesta contra el Gobierno. Muerto Franco, ya no necesitaban firmar manifiestos, porque disponían de las páginas centrales de los periódicos de mayor tirada, de emisoras de radio, de pantallas de televisión. Representaban el Progreso, la Cultura, la Vanguardia de la Humanidad, el 0,7%, el Pueblo, la Izquierda; decían representar hasta a la misma Madre Naturaleza («¡No a las centrales nucleares!», «¡No al trasvase del Ebro!»). Había muchos motivos y ocasiones, una vez desmantelados los Partidos comunistas, para que se produjera la confluencia entre la farándula ampliada y la socialdemocracia rampante. La ocasión más reciente, en la que la influencia común llegó a tomar la calle, tuvo lugar en la primavera de 2003, con motivo de la guerra del Irak (la farándula había quedado paralizada tras el atentado del 11S y la inmediata guerra de Afganistán). Pero las cosas habían cambiado. Desde Europa el 11S quedaba cada vez más lejos, y cada vez más cerca el petróleo de Irak y la necesidad sentida por Francia y Alemania por controlarlo, al margen de Estados Unidos. España había decidido comprometerse con los Estados Unidos en el mantenimiento del orden internacional establecido; esperaba, no sin fundamento, que si se comprometieran también otros Estados europeos, el control del Irak –de su petróleo– y del terrorismo islámico podría conseguirse plenamente. Pero la socialdemocracia española vio con claridad que si esto ocurría podía ya despedirse del gobierno. Optó por unirse a Francia y Alemania y salió a las calles, teniendo como altavoces a los intelectuales y a los artistas, a la farándula en general, de cuyas filas salían los lectores de los comunicados en las manifestaciones. La farándula había heredado las funciones que los frailes del Antiguo Régimen, incluso en la época del Padre Cádiz, asumieron: predicaba la Paz, la Humanidad, a través de la necesaria caída de Aznar y de Bush. Todo encajaba: la España progresista podía golpear con fuerza a Aznar y a Bush porque tenía con ella a «Europa» (a Francia y Alemania: como si Inglaterra, Italia, Polonia, &c., no fuesen Europa). Incluso creía también firmemente que el pueblo americano estaba amordazado por los republicanos: suponía que el pueblo que alentaba la democracia americana era evidentemente el pueblo representado por el Partido Demócrata, como su propio nombre lo indicaba. Se trataba, por tanto, de derribar a Bush para que el pueblo americano, secuestrado por él, pudiera volver de nuevo a tomar las riendas de su destino oculto. (/.../)
(/::./) Es cierto que no quedaba siempre claro si el enfrentamiento había que dirigirlo contra Bush o contra el pueblo americano, o a éste a través de aquél. A Zapatero, por ejemplo, como signo de enemistad hacia Bush, no se le ocurrió otra cosa sino sentarse cuando, en el desfile de la Castellana del 12 de octubre de 2003, pasaba la bandera norteamericana. ¿No se había dado cuenta el entonces aspirante a presidente, que la bandera no representaba al Partido Republicano sino al Pueblo norteamericano? Se diera cuenta o no, su gesto era el propio de la ambigüedad constitutiva de la socialdemocracia. Y llega el año 2004, año de elecciones parlamentarias en España y de elecciones presidenciales en Estados Unidos. La farándula, en confluencia con los socialdemócratas, ven la ocasión de sacar rendimiento a las movilizaciones por la Paz, contra Aznar y Bush, del año anterior. Quienes se manifiestan por la Paz se supone que se manifiestan también contra Aznar, «que había llevado a España a la guerra del Irak». La campaña electoral del PSOE encuentra en la oposición a la guerra del Irak, y en la oposición a Bush, la principal arma para golpear al gobierno del PP (a Aznar, y a otros dirigentes, la farándula y muchos socialdemócratas les llaman «asesinos», incluso en el Parlamento). Y en esto ocurre, como un efecto dignamente ilustrativo de la armonía preestablecida, tan querida por el pacifismo de todos los tiempos, la masacre del 11 de marzo del 2004. «Terrible, pero es nuestra ocasión, siempre que no sea ETA la responsable.» La masacre del 11M servirá para derribar al gobierno del PP si los autores han sido los musulmanes. Si hubiera sido ETA la masacre favorecería al gobierno de Aznar. Hay que descubrir, por tanto, las pruebas, no buscando en la dirección de ETA, sino en la dirección del terrorismo islámico, fuera marroquí, fuera argelino, fuera iraquí: lo importante es que hubiera tenido algún contacto con Al Qaeda, con el Irak. Y resultó que los terroristas habían sido musulmanes. Luego ya se tenían los motivos, los planes y se conocían los ejecutores. ¿Que ETA les facilitó la infraestructura, los planos, &c.? ¡Qué mas daba! Los autores responsables eran ellos. Y cuando los socialdemócratas ya estuvieron seguros o casi seguros de que esto había sido así, los intelectuales y artistas, la farándula, junto con los dirigentes socialdemócratas, en lugar de preocuparse por las víctimas y dejar para después de los funerales la cuestión de su autoría, lanzaron con toda energía y prontitud la campaña del 12 y 13 de marzo, al grito de «¡Queremos saber!».
(/.../)
(Sigue en http://www.nodulo.org/ec/2004/n033p02.htm )
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(Compilado por ClaudioSerraBrun. 2004, Valencia-España). Comuníquese con DiarioLeido y aporte recortes de prensa documentados con imagen *.jpeg del original, al siguiente correo: diariosleidos@hotmail.com

CUMBRES BORRASCOSAS

Por Alberto Benegas Lynch (h.)
Publicado en la ed. impresa: OpiniónJueves 10 de noviembre de 2005 Para LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp? nota_id=754928&origen=premium
Compilado por ClaudioSerraBrun.

Siempre me ha parecido un tanto pastoso lo de “cumbres” cuando se hace referencia a reuniones de gobernantes, puesto que se trata de mandatarios, no de mandantes. En rigor, son nuestros empleados. Que se dejen aludir como parte de una cumbre y que difundan comunicados que apuntan a una familia de superlativos no parece apropiado y, mucho menos, pudoroso. De todos modos, en esta reunión de presidentes en Mar del Plata se observa un inquietante arco que, en principio, va de Chávez a Bush, aunque en la práctica deberíamos decir de Chávez a Lagos, debido a la moderación de este último con relación a sus pares del continente. El presidente de Venezuela constituye el ejemplo más claro de la caricatura y la degradación de la democracia. Ha demolido la división horizontal de poderes, ha decapitado todo vestigio de contralor republicano al aparato estatal y se burla de los derechos de las minorías (ante las valientes marchas opositoras, el oficialismo coloca francotiradores para dispersarlas). Podemos informarnos merced a la tenaz y corajuda conducta de periodistas independientes, que ahora sufren un nuevo embate por parte del Consejo Nacional de Telecomunicaciones. Estuvo parco en el estadio marplatense –custodiado por agentes de los servicios de inteligencia cubano y venezolano–, ya que sólo habló dos horas, puesto que estaba apurado para llegar a tiempo a la inauguración oficial con los presidentes (y dos vicepresidentes). Dijo que podría haber seguir hablando unas tres horas más, que es a lo que tiene acostumbrado al sufrido pueblo de su país (su incontinencia verbal hizo que en una oportunidad hablara siete horas seguidas). El discurso estuvo plagado de contradicciones, lugares comunes, imprecisiones históricas y geográficas, errores conceptuales y figuras retóricas de cierta comicidad. A los alaridos dijo: “No a la muerte”, y a continuación alabó al Che Guevara, quien sostenía que los hombres y mujeres que quieren el socialismo “deben ser máquinas de matar”. Gritó en tres oportunidades “socialismo o muerte”, recurrió a la metáfora del enterrador e invitó a la audiencia a hacerse de palas para meter bajo tierra al capitalismo. Reclamó la necesidad de “unir a los pueblos”, pero simultáneamente denostó el libre comercio y glorificó a Mao, a Marx y a la Cuba de Castro. Dados los gulags y las purgas horrendas del régimen comunista, se deduce que la “unidad” del gobernante venezolano significa un enorme campo de concentración. En este mismo hilo argumental, saludó la presencia en el acto del “ministro de Cultura” cubano, un título del todo improcedente para un sicario del sistema totalitario. En medio de referencias históricas trasnochadas, como que Jefferson y Madison eran imperialistas, y de su insistencia en presentar lo que resultó un galimatías de confrontaciones Sur-Norte-Este-Oeste, sostuvo que la idea socialista “está en el vientre de América y todos tenemos que ayudar a pujar para el parto”. En este contexto, al mencionar el Muro de Berlín, subrayó que “el socialismo no estaba muerto; estaba de parranda, y aquí levantamos sus banderas”. Pavada de parranda el asesinato de 80 millones de seres indefensos a manos de distintas bandas, desde Stalin hasta Pol Pot. Más adelante, sugirió la tremenda originalidad de una “alianza contra el hambre”, sobre la base de obsequios que haría el gobierno venezolano, claro que con los recursos coactivamente detraídos de la ya muy expoliada gente de aquel país y sobre la base de los estragos de empobrecedoras políticas estatizantes. En diversas oportunidades, utilizó lenguaje de grueso calibre con un énfasis que pone al descubierto sus ímpetus de macho-militar latinoamericano. (/.../)
(/:::/) A la asamblea que tuvo lugar en la costa atlántica y a la autodenominada “contracumbre” a que hemos hecho referencia se acoplaron muy diversas manifestaciones, marchas, carpas, cortes de tránsito, paros y caravanas antinorteamericanas. Algunos admiradores del totalitarismo castrista viajaron al lugar del cónclave en cinco vagones de lujo, seguidos por una ruidosa murga de acólitos. Critican la globalización al tiempo que globalizan manifestaciones contrarias a que la gente pueda expresar libremente sus preferencias para elegir bienes y servicios. Pretenden imponer por la fuerza una cultura alambrada y xenófoba. Declaman airadamente contra el desempleo, pero no dejan de sugerir la implantación de impuestos adicionales al trabajo, que aumentan la desocupación y las tareas en negro. Vociferan en favor de los derechos humanos, pero son admiradores de los desmanes y atropellos castristas. Muchos energúmenos rompieron, incendiaron e insultaron a diestra y siniestra en nombre de la paz social. Braman contra la miseria, pero insisten en la aplicación de recetas retrógradas y perimidas que han exhibido fracasos estrepitosos que generan hambrunas espeluznantes. Sugieren pesadas cargas tributarias que, al corroer las tasas de capitalización, disminuyen salarios e ingresos reales. Proponen a los cuatro vientos que se deben estatizar empresas para politizar actividades comerciales, con lo que se liquidan los incentivos y la auditoría que proporciona la competencia. (/.../)
(/.../) De lo que se trata es de aplicar medidas tendientes a paliar situaciones que, en la mayor parte de los casos, han sido creadas por las propias políticas estatales. Algunos presidentes, como Tabaré Vázquez, pudieron concretar acuerdos bilaterales de inversión con los EE.UU., pero la mayoría se volvió con las manos vacías y la mente llena de dudas. En las escaramuzas y forcejeos sobre el documento final –muy lavado, por cierto– hubo coincidencias en cuanto a textos intrascendentes que no conducen a nada y, por otro lado, en teoría, discrepancias sobre el libre cambio. Decimos “en teoría” porque el bando que dice defenderlo revela gran hipocresía y doble discurso, ya que dista de practicar el comercio libre, mientras que los objetores insisten abiertamente en mantener telarañas mentales y, por tanto, adhieren con fervor al infantilismo de “vivir con lo nuestro”. De todos modos, en lo poco que ha podido abrirse paso el comercio, la parte disidente lo intenta bloquear, según queda reflejado en el documento, alegando diferencias en las economías entre países. Ellas son, precisamente, el motor de las transacciones internacionales, ya que entre iguales no tiene sentido la actividad comercial. Desplegar un aparato de seguridad de tamañas proporciones e incurrir en costos gigantescos de transporte y hotelería para este resultado es, para decir lo menos, frustrante. La movilización de la policía, los hombres rana, buques de gran porte, helicópteros, lanchas que patrullaban el mar, asueto administrativo en una ciudad vallada y demás parafernalia fueron para gobernantes que, en buena parte de los casos, no brindan a sus poblaciones los más elementales servicios de seguridad y justicia. La borrasca de esta “cumbre” apareció más complicada y bastante más tortuosa que la esbozada por Emily Brontë. Según el diccionario, la expresión de marras significa, en sus tres acepciones, tormenta, contradicciones y festín en exceso. Nada parece más apropiado para describir la situación. Eduardo Mallea escribía que cuando uno pretende mirar lejos entrecierra los ojos en señal de esfuerzo, para cubrir grandes distancias, pero si uno realmente desea mirar en profundidad, hacia rincones muy apartados, “debe cerrar los ojos de la carne y abrir los del espíritu”. Si seguimos el consejo de Mallea, podemos imaginar un futuro venturoso para el continente americano, a condición de que se adopten con firmeza los principios éticos, jurídicos y económicos de una sociedad abierta. Esto fue, precisamente, lo que permitió la gran prosperidad de antaño en muchos países de la región. Si otros lo pudieron hacer –muchas veces atravesando situaciones más difíciles que las actuales–, podemos realizarlo también nosotros.
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El autor es miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/754928
ueves 10 de noviembre de 2005 Para LA NACION

CONCILIO VATICANO II: EL DOCUMENTO DEL SIGLO

Por Marcos Aguinis
http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=749281&origen=premium
Viernes 21 de octubre de 2005
Compilado por ClaudioSerraBrun.
WASHINGTON Confieso no haber podido resistir la tentación de incluir en mi primera novela el asombro que me produjo dialogar casi a diario, en un restaurante estudiantil de Friburgo, Alemania, con los teólogos que preparaban los documentos de un acontecimiento que ya llamaban revolucionario. Se trataba del Concilio Vaticano II, que, en 1962, inauguraría el papa Juan XXIII. Poco sabía el mundo de ese evento colosal y menos aún de las ideas que pergeñaban unos hombres sencillos, pero desbordantes de erudición. Más grande fue mi sorpresa cuando expresaron que se sentían felices de saber que yo era judío y conocía vastas áreas de otras religiones. Para demostrarlo, me invitaron a participar en reuniones con teólogos protestantes, de la iglesia ortodoxa griega y rusa, rabinos y hasta pensadores marxistas ateos. Era posible que entre esos personajes, cuyos nombres no registré como hubiera debido, se encontrara un entonces desconocido Joseph Ratzinger. Poco antes yo había viajado a Roma para presentar, en el Congreso Mundial de Neurología, las investigaciones que había realizado en el Hospicio de la Salpêtrière de París. En esa ocasión fui agraciado para integrar la pequeña delegación que recibió Juan XXIII en su residencia veraniega de Castelgandolfo. Allí pude conocer de cerca de esa personalidad central del siglo, tierna, informal y segura, cuyas hazañas habían empezado antes de su pontificado, como me enteré después. El Concilio refutó las sospechas de que Juan XXIII era un mero papa de transición. Su breve reinado alcanzó para provocar un giro que dio vértigo, generó serias críticas y tuvo consecuencias que aún no se pueden medir. Uno de los temas más deseados por ese pontífice eran las relaciones con el pueblo judío, a muchos de cuyos integrantes ayudó a escapar de las garras nazis hasta con métodos reñidos con la tradición. En su primer recibimiento oficial de una delegación judía, rompió las normas protocolares, descendió del trono y, abriendo los brazos exclamó con júbilo: “¡Yo soy José, vuestro hermano!”. Al inaugurar el Concilio, pese a las resistencias que le oponían sus asesores para brindar un pleno reconocimiento al Estado de Israel, ordenó que la bandera de ese país flamease junto con las del resto del mundo. Juan XXIII falleció antes de la terminación del Concilio y fue su sucesor, Pablo VI, quien firmó la trascendental declaración Nostra Aetate, que pronto, el viernes 28 de octubre, cumplirá cuarenta años. Desde entonces se han realizado progresos inimaginables, pero es justo señalar ahora, con la perspectiva que ya se tiene, el coraje y la visión que inspiró a los teólogos que en aquella época dieron un aparente salto al vacío. En efecto, tras los gestos de Juan Pablo II pocas cosas dejan atónitos ahora, pero en los años 60 aún prevalecía la acusación de deicidio y, para muchos cristianos, era un orgullo exhibirse con impudor antisemita. Nostra Aetate, en el sector referido a las relaciones judeocristianas, realiza varias afirmaciones que en su momento causaron estupor y, aunque ahora no sorprenden, no deberían cesar de repetirse. Primero, “los judíos son todavía muy amados de Dios, porque Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación”. Segundo, “lo que en su Pasión (de Cristo) se hizo, no puede ser imputado ni indiscriminadamente a todos los judíos que entonces vivían, y menos a los judíos de hoy”. Tercero, “la Iglesia, que reprueba cualquier persecución en contra de los hombres, consciente de su patrimonio común con los judíos e impulsada no por razones políticas sino por la religiosa caridad evangélica, deplora los odios, persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de cualquier tiempo y persona en contra de los judíos”. (/.../)(/.../) _______En el campo de la liturgia, el documento destaca la raíz judía del cristianismo y sus rasgos paralelos en el culto. Afirma, contra viejas leyendas, que la historia del judaísmo no concluye en el año 70, cuando las legiones romanas demolieron el Templo y convirtieron en ruinas a Jerusalén, sino que “es necesario abandonar la concepción de pueblo «castigado», apenas mantenido como excusa viviente de la apologética cristiana”. Juan Pablo II visitó la sinagoga de Roma, reconoció al Estado de Israel y le rindió una visita impresionante. En esa visita decidió imitar y rebajarse al nivel de los judíos que durante centurias de burlas, humillación e impotencia iban a dejar mensajes en el Muro de los Lamentos. Los llamó “nuestros hermanos predilectos y, en cierto modo, nuestros hermanos mayores en la fe”. Benedicto XVI, al día siguiente de asumir su pontificado, escribió al actual rabino de Roma, Riccardo di Segni, para “reforzar la colaboración con los hijos y las hijas del pueblo judío”. Cuando fue a Alemania, visitó la sinagoga de Colonia, que habían quemado los nazis. No obstante los esfuerzos de la Iglesia Católica y el creciente diálogo interreligioso, el antisemitismo ha vuelto a resurgir. Lo hace cambiando el disfraz de sus argumentos, como desde hace siglos: porque los judíos son ricos o son pobres, porque son poderosos o son indigentes, porque se integran y porque no se integran, porque son inteligentes o porque son una raza inferior, porque se dejan llevar al matadero o porque se defienden. Porque bogas o porque no bogas. Lo cierto es que a cuarenta años de la declaración Nostra Aetate se debe tener la honestidad de reconocer que ese documento marcó un hito en la historia humana. Instaló a la Iglesia en la vanguardia de un vínculo fraternal con el pueblo y la fe de los cuales brotó. Fue un ejemplo restallante, porque luego del Concilio Vaticano II se manifestaron otras denominaciones y ahora es posible aplaudir, por ejemplo, la elocuente Declaración sobre el antisemitismo de la Comisión Luterana Europea. Pero no es menos vigorosa, completa y descarnada la Declaración de la Alianza de los Bautistas, porque arde con el fuego de Sodoma y Gomorra, y estremece por su síntesis. Desde el primer párrafo afirma sin rodeos y sin anestesia que “hemos sido los trasmisores de una teología de culpa a los judíos por la muerte de Jesús; una teología que extrapoló la polémica antijudía del contexto que prevalecía en el primer siglo; una teología que usurpó para la Iglesia las promesas bíblicas y las prerrogativas otorgadas por Dios a los mismos judíos; una teología que ignora diecinueve siglos de desarrollo espiritual judío y considera a los judíos contemporáneos versiones modernas de sus correligionarios de aquel primer siglo; una teología que ve al pueblo judío como simple pieza de un ajedrez escatológico; una religión que prefirió la conversión antes que el diálogo, la calumnia antes que la comprensión y el prejuicio antes que el conocimiento; una teología que no reconoce la vitalidad, la actividad y la eficacia de la fe judía”. Estos gestos cristianos han obtenido una sustanciosa respuesta de rabinos y académicos en el año 2000, por medio de la Declaración judía sobre los cristianos y el cristianismo, conocida como Dabru Emet. En ocho puntos de coincidencias muy vigorosas y reales se explicitan los puentes que unen a ambas comunidades. El texto culmina con la manifestación de que “los judíos y los cristianos reconocen, cada uno a su manera, que la situación de no redención del mundo deriva de la persecución y de los agravios que infligen la pobreza, la degradación humana y la miseria”. Como predicaba la ígnea voz de los profetas, lo que importa es la acción sustentada en la ética, buscar la espiritualidad mediante la realización del bien y condenar sin rodeos cualquier manifestación de odio. Nostra Aetate se basó en la ética, sembró el bien y ha conseguido diluir muchos venenos del odio. No disimulo mi emoción al celebrarla.
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Link corto: http://www.lanacion.com.ar/749281
(Compilado por ClaudioSerraBrun. 2004, Valencia-España).
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ECOS DE UN PATETICO CARNAVAL

Por Marcos Aguinis
Viernes 18 de noviembre de 2005
http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=757212&origen=premium
(Compilado por ClaudioSerraBrun. 2004, Valencia-España).

WASHINGTON
Es muy incómodo explicar qué nos pasa a los argentinos, por qué nos empeñamos en seguir los modelos que fracasan y en pulverizar las semillas de cada nueva oportunidad. Pareciera dominar una tendencia tanática sazonada con el macabro deleite por la autodestrucción. En la Costa Este de los Estados Unidos, por ejemplo, prevalece una mentalidad progresista con sostenido rechazo al gobierno presidido por Bush, pero esa mentalidad no logra comprender el sabotaje realizado a la cumbre de Mar del Plata, que desde aquí se vio como un patético carnaval. No contra Bush, sino contra nosotros mismos. Los grandes perdedores fuimos los argentinos, sostienen, porque éramos los anfitriones y quienes pudimos sacar provecho, aumentar la relevancia-país, conseguir ventajas frente a la primera potencia mundial e instalarnos a la cabeza de la mayoría de los países latinoamericanos que buscan el libre comercio para combatir la pobreza, generar empleo y crecer. (/.../)
(/.../) No se entiende por qué la obstinación del gobierno argentino en rechazar a los veintinueve países (abrumadora mayoría compuesta por el 85% de los miembros de la OEA) que ansían el libre comercio como la más fértil de las rutas. Las experiencias de México, Canadá y Chile están a la vista, y son seguidas por casi todo el Caribe; Panamá negocia su convenio individual con los norteamericanos: Perú, Ecuador y Colombia están a punto de hacer lo mismo. Es probable que el ALCA se constituya con estos veintinueve integrantes.
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(/.../)El ALCA no es un invento de Bush ni de la administración republicana, sino que fue lanzado con entusiasta buena voluntad por el presidente Clinton en 1994. Que los venezolanos tengan que adaptarse a un liderazgo como el de Chávez no admite ni una sonrisa, pero que ese hombre se haya convertido en el showman de la cumbre y la anticumbre de Mar del Plata resulta patético. Algunas frases de su largo discurso (todavía no consiguió extenderlo a varias horas de duración, como su admirado Fidel) causan risa. Dijo que “enterró el ALCA” merced a su trabajo de apenas cinco años, y agregó que después seguía con el entierro del capitalismo, pero advertido de su exageración, admitió que le demandaría un poco más de sudor. También prometió extinguir el colonialismo. Por cierto que este coronel golpista y autoritario no tiene bastantes conocimientos, pero ya debería haberse enterado de que el colonialismo es cosa del pasado, que ese sistema sólo queda en los libros de historia, a menos que identifique colonialismo con inversión extranjera, libre comercio y circulación de ideas diferentes. Puede ser: su delirio bolivariano lo mantiene atado a otra época y es probable que esa mezcla de conceptos le altere la masa encefálica. Maradona y quienes lo siguieron no saben seguramente que Chávez tiene a los Estados Unidos como su principal socio comercial. Es un socio tan importante que le compra uno de cada dos dólares exportados por Venezuela y, a su vez, le vende uno de cada tres dólares importados. (/.../)(/.../)Pero así de incoherente es el populismo, o el populismo revolucionario o el socialismo con sabor a los años 70, que promueve Chávez. (/.../)
(/.../)El carnaval de la anticumbre no ha prestado atención, desde luego, al hecho indiscutiblede que Chile es el único país latinoamericano que logró disminuir la pobreza a más de la mitad en sólo tres lustros, mientras que Venezuela, pese a la catarata de dólares que le provee la suba del precio del petróleo, lo aumentó en un 10 por ciento. Me incomodan aquí al preguntarme por qué los argentinos, que compartimos con Chile la frontera más larga, no nos asomamos a su experiencia para estudiarla mejor. Se sabe que allí las instituciones son cada vez más sólidas, que existe una creciente seguridad jurídica y un macizo respeto por los derechos individuales, que incluyen la propiedad privada. Se hace todo lo posible para atraer inversiones –no espantarlas– para que roturen nuevas y productivas fuentes de trabajo. Sobre todo, Chile ha superado el miedo infantil al libre comercio. No se ha volcado a una apertura indiscriminada y total, pero sí a las negociaciones de una fuerte apertura. Es un dato admirable que ese país haya cerrado hace pocos días su negociación por un acuerdo de libre comercio nada menos que con China, convirtiéndose en el primero de Occidente que alcanza un arreglo semejante con la potencia asiática. ¿Será destruida la producción chilena por la invasión de productos chinos baratos? Parece que no. En el acuerdo se incluyen los productos del agro y en particular las frutas, que ingresarán sin barreras a los puertos de China y de esa forma nuestro vecino se asegura una exportación colosal que le arrojará un caudal de divisas muy superior a las irresponsables fantasías que circularon en la Argentina cuando nos visitó el presidente chino. (/.../)
(/.../)La confusión de muchos formadores de opinión los ha llevado a olvidarse, por ejemplo, de que el tema de los subsidios agrícolas no está liderado por los Estados Unidos, sino por Francia, país que arrastra al resto de Europa, Japón y Corea del Sur. El proteccionismo agrícola ha diezmado no sólo las economías de América latina y del Mercosur en especial, sino las de Africa. Como un dato que hace abrir los ojos, debemos enfatizar el hecho de que Europa dedica el triple de recursos que los norteamericanos para subsidiar su sector agropecuario; los Estados Unidos pidieron en diversas ocasiones una reducción de esos subsidios, con mezquinas respuestas por parte de Europa. La cumbre de Mar del Plata pudo haber aprovechado la ocasión para reforzar las presiones norteamericanas que nos favorecen. Pero se actuó al revés. Este asunto debió ser estudiado y explicado por el Gobierno y los atontados formadores de opinión, y no errar la puntería. Bastaba recordar que los Estados Unidos habían pedido a los europeos que redujeran sus subsidios en un 83% y la respuesta fue mezquina y sin fecha, para “adaptarse”. Una burla al estilo Chávez. Dentro del Mercosur las cosas tampoco son homogéneas. Para los que desean interpretar bien la situación y vislumbrar algo del futuro, presten atención al hecho de que el presidente Lula recibió al odiado Bush después de la cumbre para hacerle ver que no había tanta distancia entre sus puntos de vista y que Brasil merecía sostener el liderazgo del subcontinente. En otras palabras, fue una reiterada oportunidad perdida por los argentinos, más adictos a la confrontación, el show petardista y las locuras destructivas que manifiestan impotencia y rencor. En coincidencia con lo que escribió Emilio Cárdenas, varios pensadores norteamericanos afirman que la cumbre, al menos, “puso en evidencia quién es quién y cuáles son sus diferentes perspectivas; también quiénes construyen y quiénes destruyen”. La Declaración de Mar del Plata se titula “Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática”. Hermosas frases seguidas por páginas donde sobran los buenos deseos y las promesas altisonantes. Ojalá que se cumpla una mínima porción de sus artículos, lo cual es dudoso. No deja de llamar la atención un dato estremecedor: Venezuela decidió mantener su reserva frente al artículo 58 que dice: “Estamos convencidos de que la democracia representativa es una condición indispensable para la estabilidad, la paz y el desarrollo de la región”. Esa reserva es impresionante, porque desnuda el espíritu antidemocrático que anima al gobierno de Caracas. No hacen falta muchos gestos para poner en evidencia algo que se intenta disimular. Ahora muchos deberían remitirse a la frase “dime con quién andas y te diré quién eres”.
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Por Marcos Aguinis Para LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=757212&origen=premium

NORAH BORGES, DE UN TIEMPO REMOTO...

Por Juan Manuel Bonet
ABC de las artes, España. 31 de julio de 1998. ^ NORAH BORGES, DE UN TIEMPO REMOTO Por Juan Manuel Bonet

Su verdadero nombre era Leonor, aunque su hermano, Jorge Luis, la bautizó como Norah. Y Norah ya sería siempre. Pintora, grabadora, dibujante, mujer emprendedora que participó en empresas editoriales muy importantes -como la fundación de la revista «Proa»-, Norah Borges murió la pasada semana, en Buenos Aires. Juan Manuel Bonet recuerda a la artista argentina, a quien conoció ya al final de su vida. NORAH Borges, recientemente fallecida en su Buenos Aires natal, a los noventa y siete años de edad, fue para mí, durante mucho tiempo, un mito familiar. En aquella vieja casona lucense junto al río me esperaban, en mi adolescencia, un ejemplar de «Fervor de Buenos Aires» (1923), el primer poemario de su hermano Jorge Luis, con la cubierta criolla e ingenuamente xilográfica que ella le puso, y un número de 1920 de la revista «Grecia», en el cual figura otro grabado suyo, mallorquín éste. También los seis números de que consta la colección completa de «Ronsel», dirigida en el Lugo de 1924 por mi tío abuelo Evaristo Correa Calderón, y donde, pegada a mano, va otra de sus maderas, impresa sobre un delgado papel azul, y representando una verbena, un tema muy de la época. Pasaron los años. Fui dando, aquí y allá, con más imágenes del periodo ultraísta de Norah Borges. (/.../)-_-(/.../)Conseguí la monografía que en 1945 le dedicó Ramón Gómez de la Serna. El primer cuadro suyo que pude ver fue el de los Santos Torroella. Completé, hasta donde me resultó posible, el perfil de aquella artista olvidada. Y un buen día de 1990, cuando mi primer viaje a Buenos Aires, el mito se hizo presencia real. La visité en su apartamento del Barrio Norte, a dos pasos de la Galería de las Victorias. ...(/.../)...De cuantas cosas me contó entonces aquella voz venida de un tiempo remoto, lo que más grabado se me quedó fue una minucia. Se acordaba de muchos versos ultraístas, pero rara vez podía decirme nada de sus autores, a los que en su mayor parte no había conocido. Ante mi extrañeza, la réplica fue definitiva; «En aquella época las chicas no íbamos al café». En Suiza, donde la familia Borges había pasado parte de la Primera Guerra Mundial, Norah había recibido la influencia de los xilógrafos expresionistas alemanes, y también de Masereel. Sobre esa base, surgieron, ya en España, y entre 1918- 1921, -Palma, Sevilla, Madrid-, sus maderas para las revistas «Grecia», «Ultra», «Tableros», «Reflector», «Plural», «Alfar» o «Ronsel», para la babélica «Manomètre» de Lyon, para «Formisci» de Varsovia o para «Hélices» (1923), el único libro de versos de Guillermo de Torre, que en 1928 se iba a convertir en su marido, y al que tantas veces retrató. Imágenes ingenuas y sutiles, en las que recrea lugares y escenas españoles y también, ocasionalmente, motivos poéticos típicamente ultraístas, sin que falte una cierta iconografía religiosa. Gracias a ellas, la argentina ocupa un lugar estelar en la historia de nuestra primera vanguardia, flanqueada por otros dos extranjeros, el uruguayo Rafael Barradas y el polaco Wladyslaw Jahl.(/..../) En Buenos Aires, desde donde en 1925 colaboró con la muestra madrileña de los Ibéricos, Norah Borges estuvo presente en la revista mural ultraísta «Prisma», y en «Proa», y en «Martín Fierro», donde publicó dibujos, y un texto en el que afirmaba que «la pintura ha sido inventada para dar alegría al pintor y a los espectadores». Durante un tiempo sus caminos y los de su hermano discurrieron paralelos. Ella supo decir, con la gubia y el pincel, los patios, la esquina rosada, las azoteas, las quintas y muchas otras realidades porteñas inmortalizadas por él. Hay un segundo y último período español de Norah Borges: el matrimonio pasó los años 1932 a 1936 en Madrid, donde ella colaboró con La Barraca, con ADLAN, con el «Almanaque Literario 1935», con «Literatura», con «Noreste», y en cuyo Museo de Arte Moderno celebró una individual en 1934. Cuando visité a quien había sido, con Sonia Delaunay, la musa de nuestro ultraísmo, era una anciana mínima y frágil, encantadora, que no había perdido la memoria, y que recordaba esos cafés prohibidos de Madrid, y a Adriano del Valle de apuesto soldado en Sevilla, y a Julio Romero de Torres en Córdoba, piropeando a las modelos, y siempre a «Guillermito», que tan mal se iba a llevar con su ilustre cuñado, muchos años después la visita al Río de la Plata de Juan Ramón Jiménez, que en 1939 le había dedicado una de sus caricaturas líricas a la «errante Norah en su propio nido con ruedas de alas»...
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(Compilado por ClaudioSerraBrun. 4 Mayo 2004, Valencia-España). Comuníquese con DiarioLeido y aporte recortes de prensa documentados con imagen *.jpeg del original, al siguiente correo: diariosleidos@hotmail.com

LOS ÚLTIMOS RENGLONES DE MI VIDA

Por RAFAEL ALBERTI
ABC, España, 29Octubre1999 LOS ÚLTIMOS RENGLONES DE MI VIDA - Por RAFAEL ALBERTI Publicamos a continuación uno de los últimos textos que Rafael Alberti envió a ABC-España
(/.../) ...
(/...) ..."Lo que recuerdo está como debajo de un vidrio, mi memoria está llena de cristales. La memoria de uno tiene que ir cambiando con la edad, con el pensamiento. (/.../) ... «Yo nací -¡respetadme!- con el cine.» Mi recuerdo lo limito ahora a unos días, como si de una habitación se recordara sólo el techo, la mampara. Mampara ¡qué linda palabra! Quiero escribir poesía que parezca del sueño, aunque no lo sea. (/..../) ... Ahora, por vez primera en muchos años, empiezo a sentirme ligero, libre, sin ataduras, con la misma estrenada pureza que cuando escribía mis primeros versos de «Marinero en tierra». Por eso quiero que vuelva a mí, que retome a mi alma, a mis dedos, todo aquel prodigio del ayer, todos los colores alcanzados para incorporarlos a este dulce momento de mi vida. «¿Quién con piedad al andaluz no mira/ y quién al andaluz su favor niega?» «Por ti el silencio de la selva umbrosa/ por ti la esquividad y apartamiento/ del solitario monte me agradaba.» «El aire del almena,/ cuando ya sus cabellos esparcía,/ con su mano serena/ en mi cuello hería,/ y todos mis sentidos suspendía.» Versos exaltados, versos flotando en la humareda de los siglos. Versos de los largos silencios de mi vida y de los felices y amistosos días. Ninfas, fuentes, jardines, doncellas de los Cancioneros más floridos... Jorge Manrique, Garcilaso, San Juan..
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RAFAEL ALBERTI:
El 27 de abril de 1977, tras treinta y ocho años de exilio -veinticuatro en Argentina y catorce en Italia-, RAFAEL ALBERTI regresa por primera vez a España. Sus primeras palabras al descender del avión fueron: "Me fui con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta en señal de concordia entre todos los españoles".http://www.rafaelalberti.es/

COLOFON DEL FERIADO

http://www.lanacion.com.ar/791667
(Sobre el nuevo feriado 24 de marzo)
Sábado 25 de marzo de 2006
Rigurosamente incierto
Cosa rara, ayer fue celebrado el primer feriado de repudio en los anales del almanaque nacional y popular. Hasta ahora, nuestros almanaques premiaban con números distintivos las fechas de gloria patriótica, algunas de índole religiosa y unas pocas que conmemoran tradiciones festivas. No había feriados de repudio, y lo cierto es que se podrían incorporar unos cuantos, ya que la historia argentina es pródiga en fechas nefastas, ciertamente útiles para sumir a la población en congoja y, quizás, en remordimiento. A partir del desastre de Huaqui, el 20 de junio de 1811, por el que las Provincias Unidas perdieron el Alto Perú, o bien a partir del primer golpe castrense, el que derribó al Primer Triunvirato, el 8 de octubre de 1812, hay montones de fechas desgraciadas. Las premisas que catapultaron al 24 de marzo a la condición de inamovible fecha patria fueron cumplidas a destajo, hasta con exceso. Miles de ciudadanos optaron por hacerse una escapada al aire libre, a algún balneario, ya que, como aconsejaban los filósofos sofistas, el sosiego que brindan los parajes tranquilos contribuye a que toda actitud reflexiva sea más profunda y serena. Por otra parte, el hecho de que el aniversario haya caído en viernes trajo el beneficio colateral del fin de semana largo: así, mucha gente extenderá hasta mañana sus ejercicios de contrición, acaso al conjuro de una suculenta parrillada. Como se sabe, el Poder Ejecutivo propició de apuro la ley del feriado de ayer, sancionada con dócil presteza por una amplia mayoría de legisladores. A treinta años del advenimiento de la más sórdida dictadura militar, el propósito de reactivar la memoria y la conciencia sobre los años de plomo y sobre los descalabros que entraña toda ruptura del orden constitucional, era fundamento legítimo y suficiente para que la recordación se cumpliera en aulas escolares y universitarias, en templos y cuarteles, en cuanto escenario de libertad responsable acreditara ese mérito y ese prestigio. No hacían falta los mitines caudalosos y vocingleros, no hacía falta que el Gobierno invitara, tácitamente, a festivalizar la celebración. El día de ayer debió ser más laborable que nunca, como lo es en Francia cada 24 de junio, fecha que remite a 1940, a cuando el mariscal Philippe Pétain ofrendó la rendición de su país a la prepotencia nazi. En esta Argentina ciclotímica, espasmódica y contradictoria, un día de luto cívico puede ser también de batifondos y algazara. De estas imprudencias se vale el populismo para cosechar adeptos. Alguna vez el 17 de octubre fue el Día de la Lealtad, y el 18 fue San Perón. La historia también demuestra que el populismo y los feriados exóticos se llevan a las mil maravillas.
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Por Norberto Firpo Para LA NACION Link corto: http://www.lanacion.com.ar/791667

VALERIE PECRESSE: DERECHO DE FAMILIA Y LA PROTECCION AL NIÑO: NI MATRIMONIO NI ADOPCION PARA UNIONES HOMOSEXUALES

http://www.fluvium.org/textos/familia/fam306.htm
Francia: VALERIE PECRESSE
Una comisión parlamentaria en Francia, encargada de hacer proposiciones para actualizar el derecho de familia y la protección del niño, ha decidido descartar el matrimonio homosexual y la adopción por parejas del mismo sexo. "No se trata de satisfacer una reivindicación de adultos. El prisma del informe es el interés del niño", ha declarado Valèrie Pecresse, presidenta de la comisión.

En este tema, dice Pecresse, "no hay más que dos posturas coherentes: o se autoriza el matrimonio, y entonces la adopción va unida a él; o se está contra la adopción, y entonces no se autoriza el matrimonio". Para la portavoz de la comisión, "la ley no tiene por qué dar consistencia a una reivindicación que se aleja de la verosimilitud biológica y que no es conforme a la verdad del origen del niño". Antes de emitir su informe, la comisión parlamentaria tuvo unas 150 audiencias con expertos y partes interesadas. En cuanto a la adopción, la mayoría de los miembros de la comisión se inclina por reservarla a las parejas casadas, que ofrecen mayores garantías de estabilidad. En la misma línea, también reserva la procreación por fecundación artificial a las parejas estables de hombre y mujer, y rechaza la posibilidad de la "maternidad sustitutoria". Su idea es mantener el modelo francés, que solo permite el recurso a estas técnicas por problemas médicos y no por satisfacer un "derecho al hijo". "No corresponde a la medicina hacer hijos sin padre", dice Pecresse. UN PACTO__________ El informe propone dar nuevos derechos a los firmantes del "Pacto civil de solidaridad" (PACS), contrato que regula la vida en común entre parejas no casadas, del mismo o distinto sexo. El informe recomienda hacer del PACS "un contrato de pareja coherente, intermedio entre el matrimonio y el concubinato". Propone asimilar el régimen de los firmantes del PACS al de las parejas casadas, en materia de bienes, derechos sociales, derecho de sucesión, pero también en deberes de ayuda mutua. Recomienda que se reconozca la pensión de viudedad a los que han convivido bajo el PACS al menos durante cinco años. Sin embargo, y en contra de la petición insistente de algunas organizaciones homosexuales, el PACS seguirá siendo firmado en el tribunal de primera instancia, y no en la alcaldía, como sucede con los matrimonios. De las cien propuestas del informe, 50 conciernen a la protección de la infancia, 7 al modo de evitar los matrimonios forzados, y 43 al derecho de familia. En caso de separación, se mantiene la posibilidad de que los hijos queden en la situación de custodia compartida. También propone crear una "responsabilidad parental delegada", que recaería en un pariente que se ocupe regularmente del niño, para facilitar los actos de la vida cotidiana (autorizar una salida, acompañarle al hospital, relacionarse con la escuela...). FUERA DEL MATRIMONIO___________ En materia de inseminación artificial o de donación de óvulos, se podría crear, a título experimental, una doble vía, distinguiendo entre donantes anónimos y donantes identificados. De este modo el niño podría conocer sus orígenes en ciertos casos. En asuntos judiciales, la comisión es partidaria de que el niño pueda ser escuchado en todo procedimiento que le concierna. LA SITUACION DE LA FAMILIA EN FRANCIA_________ El informe de la comisión analiza también los cambios que han tenido lugar en la familia en menos de dos generaciones. El número de matrimonios ha bajado un 30% desde 1970, a pesar del aumento de la población. El casamiento es también más tardío: 28,8 años en el caso de las mujeres y 30,9 en los hombres, seis años más que en 1970. También la edad media de la maternidad se ha retrasado hasta los 29,7 años, y la mitad de las mujeres que dan a luz tienen más de 30 años. Nueve de cada diez parejas comienzan como mera cohabitación, situación más duradera que antes. Paralelamente, el PACS se ha consolidado como una forma de regulación alternativa: desde su creación en 1999, se han firmado 170.000, de los cuales se han disuelto el 12%. "El matrimonio no se considera ya como una condición previa para tener un hijo", dice el informe. De hecho, cada vez nacen más niños fuera del matrimonio: si en 1970 eran el 7%, en 2005 han sido el 48,3% de los nacidos. En el caso de los primogénitos, el porcentaje sube hasta el 60%. En la mayoría de los casos (92%) esos niños son reconocidos por el padre. SE DAN TODAS LAS POSIBILIDADES__________ En este aspecto, la situación de Francia contrasta con la de otros países europeos (Alemania, Italia, Grecia, Portugal, Bélgica, España...), donde más del 75% de los niños nacen de parejas casadas. La inestabilidad de las parejas va en aumento, ya sea en el matrimonio, la unión libre o el PACS. Si en 1970 se divorciaban 12 de cada 100 matrimonios, hoy se rompen 42 de cada 100. De las uniones creadas en torno a 1990, en forma de matrimonio o no, a los cinco años se habían disuelto el 15%, y a los diez años el 30%. Como consecuencia del aumento de las rupturas, cada vez hay más familias monoparentales (18,6% en 1999) y recompuestas. En 1999, más de un niño de cada cinco (tres millones en total) no vivía con sus dos padres. En las dos terceras partes de los casos, esos niños viven solo con la madre. Y en bastantes casos el contacto con el padre es poco frecuente: en torno a un 60% de los padres separados no llegan a ver a su hijo al menos una vez al mes. Las familias recompuestas son menos frecuentes: de los tres millones de niños que no viven con sus dos padres, 800.000 están en una familia recompuesta con los restos del divorcio, con un padrastro y a veces hermanastros. La gran ventaja francesa es su dinamismo demográfico. Mientras que la tasa de fecundidad media en los 25 países de la UE es 1,48 hijos por mujer, en Francia llegó al 1,94 en 2005 (solo superado en Europa por el 1,99 de Irlanda). Eso supone más de 800.000 nacimientos anuales. Pero la mayoría de las parejas se contenta con dos hijos: el 8,3% de los nacimientos corresponden a terceros hijos, la mitad que en 1968, cuando era más del 16%. Una particularidad de Francia respecto a otros países europeos es que su mayor fecundidad es compatible con una elevada participación laboral femenina: más del 80% de las mujeres de 25 a 49 años trabajan fuera de casa. ___________(Compilado por ClaudioSerraBrun. Marzo2006, Valencia-España).
Francia: VALERIE PECRESSE: Ministre de l'Enseignement supérieur et de la Recherche, de mai 2007 à novembre 2010
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Ochenta años después del 11 de septiembre de 1921

Ochenta años después del 11 de septiembre de 1921
Gustavo Bueno Sánchez
La Nueva España, 13 de octubre de 2001

Osama ben Laden, adalid de la organización Al Qaeda, en la declaración grabada en el vídeo difundido por la televisión Al Gasira el 7 de octubre de 2001, sólo una hora después del primer ataque de los Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados contra Afganistán, menciona dos veces el periodo de tiempo de ochenta años: «Nuestra nación islámica ha estado sufriendo lo mismo durante más de ochenta años» y «pero cuando la espada ha asestado su golpe sobre los Estados Unidos de Norteamérica, después de ochenta años, la hipocresía [los musulmanes colaboradores de los infieles] sí que ha levantado su cabeza».

Los comentaristas se han apresurado a buscar explicaciones al significado de esos ochenta años. Unos han recordado la Declaración Balfour (de 2 de noviembre de 1917), una carta del Ministro de Asuntos Exteriores británico dirigida a Lord Rothschild, en la que se informa al representante judío que el gobierno de Su Graciosa Majestad contempla favorablemente el establecimiento de un «hogar nacional para el pueblo judío». Otros se han acercado más, a la Conferencia de San Remo, de 18 de abril de 1920, por cuyo Tratado acordaba Francia su tutela sobre Siria y Líbano, reservándose Gran Bretaña el control de Jordania, Irak y Palestina, para dirigir ese asentamiento judío.

Pero no he oído ni leído todavía que nadie recuerde lo que sucedía precisamente en Nueva York en 1921, ochenta años antes de la destrucción de las Torres Gemelas. En 1921 la Organización Sionista Mundial celebró una gran convención sionista precisamente en Nueva York, que señaló la consolidación como dirigente de Jaim Weizmann (el que sería, en 1948, el primer presidente del Estado de Israel). Fue precisamente en esa multitudinaria reunión, ante cien mil judíos enfervorecidos, donde Alberto Einstein, sionista militante, que ese mismo año era galardonado con el Premio Nobel, pronunció su famosa frase: «Mein Führer ist Jaim Weizmann. Folgt ihm. Ich habe gesprochen», «Mi Caudillo es Jaim Weizmann. Síganlo. He dicho.»

Y mucho menos he oído ni leído todavía, de la boca o de la pluma de los cientos de periodistas, analistas y comentaristas que estos días tienen que referirse continuamente a unos sucesos cuya gravedad muchas personas no acaban de tomarse en serio, mención alguna al simbolismo que pudiera encerrar la fecha trágica del 11 de septiembre. Osama ben Laden se ha visto obligado a darnos a los estúpidos cafres (que es la forma española de llamarnos los infieles) otra pista, para ver si de una vez nos enteramos de la conmemoración que aprovecharon como inicio de una guerra santa tan paciente y meticulosamente preparada.

¿Pero es que ocurrió entonces algún acontecimiento significativo el 11 de septiembre, suficiente como para que Al Qaeda decidiera conmemorarlo trágicamente, y convertirlo en nueva fecha simbólica imborrable?

Pues sí que ocurrió algo el 11 de septiembre, el 11 de septiembre de 1921, justo ochenta años antes del ataque al corazón del imperio. Un acontecimiento absolutamente pertinente a la dialéctica entre musulmanes y judíos, una dialéctica que cruza necesariamente las relaciones entre moros y cristianos. El Islam ortodoxo representado por Al Qaeda quiso celebrar el pasado 11 de septiembre, a su manera, lo mismo que recuerdan ese día todas las efemérides judías modernas. El 11 de septiembre de 1921 se estableció el primer poblado judío en Palestina. El 11 de septiembre de 1921 la Organización Sionista Mundial celebró el establecimiento de Nahalal, la primera «moshav», aldea colectiva, en el «emek», en el valle de Izreel. Los musulmanes ya habían protestado violentamente en mayo de 1921 contra el desplazamiento de judíos a Palestina (Golda Meir, por ejemplo, llegó ese mismo 1921 a Palestina, precisamente desde Nueva York). Incluso los británicos tuvieron que formar la Comisión Investigadora Haycraft para intentar aplacar los ánimos, y tratar de lograr una armonía que era ya imposible una vez iniciado el proceso. ¿Es creíble que ni siquiera los analistas judíos hayan sido capaces de asociar la fecha del 11 de septiembre con los 80 años del mensaje de Osama? ¿Somos en realidad tan torpes los infieles, o es que no se quiere que recordemos determinadas cosas?

Hoy viernes 12 de octubre de 2001 conmemoramos el descubrimiento de América por los españoles, el mismo año en el que ya habían sido expulsados de España tanto los musulmanes como los judíos fanáticos, los que no quisieron abandonar sus creencias religiosas. Buen día para comenzar a tomarse en serio la advertencia que Solimán Abu Gehiz, portavoz de Al Qaeda, incluyó en el mismo vídeo difundido el domingo pasado: «El mundo tiene que saber que no vamos a permitir que se vuelva a repetir con Palestina la tragedia de Al Andalus.»

Gustavo Bueno Sánchez



CONTRA LOS DOGMATISMOS- PASCAL BRUCKNER

PASCAL BRUCKNER
Paris
Publicado en la ed. impresa DiarioLA NACION - : Suplemento CulturaDomingo 30 de abril de 2006 Contra los dogmatismos Entrevista con Pascal Bruckner http://www.lanacion.com.ar/801404___________(Compilado por ClaudioSerraBrun.

El escritor francés, autor de ensayos como El cuerpo de cada uno pertenece a todos y El nuevo desorden amoroso, y de novelas como Ladrones de belleza, llega a Buenos Aires para presentarse en la Feria del Libro A los 58 años, el francés Pascal Bruckner se enorgullece de no haber trabajado nunca. En un país donde el 75 por ciento de los jóvenes confiesa que sueña con ser funcionario público, el benjamín de los llamados "nuevos filósofos" está considerado como una paradoja viviente. (/.../)(/.../) Pascal Bruckner nació en 1948 en una familia mitad protestante y mitad católica, pasó gran parte de su infancia en Suiza y después en la ciudad francesa de Lyon. Estudió con los jesuitas, fue monaguillo, quiso ser seminarista y terminó siendo un feroz anticlerical. "Probablemente fue culpa de la adolescencia y de aquella ciudad, de un rigorismo burgués y de una hipocresía insoportables", reflexiona. A los 17 años llegó a París. Estudió en el mejor de los liceos, el Henri IV, preparó una maestría en filosofía con Jankélévitch y un doctorado sobre Fourier con Roland Barthes. "Yo no quería trabajar, ni enseñar, ni casarme", confiesa. Entonces, se hizo escritor. Su primera novela, Monsieur Tac (Señor Tac), vendió 500 ejemplares. El éxito llegó con su primer ensayo, Le nouveau désordre amoureux (El nuevo desorden amoroso). Escrito a cuatro manos en 1977 con su amigo, el filósofo Alain Finkielkraut, el libro denunciaba la "teología de la liberación sexual" que, después de Mayo de 1968, había conseguido imponer la dictadura del placer carnal. En 1983, con Le sanglot de l´homme blanc (El sollozo del hombre blanco), Bruckner embistió contra otra mitología: el tercermundismo de la izquierda europea. "Un tercermundismo originado en un síndrome de la culpa y del odio a nosotros mismos; como una forma de expiar el colonialismo", escribió. Detestado por unos, admirado por otros, en ese momento ya se había transformado en uno de los niños mimados de la crítica francesa. Su consagración como novelista llegó en 1981 con Lunes de fiel (Lunas de hiel). Esa novela, sulfuroso himno a la impotencia existencial, que narra el descenso a los infiernos de una pareja durante un crucero, fue llevada al cine por Roman Polanski. En el mismo registro siguió Voleurs de beauté (Ladrones de belleza), que obtuvo el Premio Renaudot en 1997. En su última novela, L´amour du prochain (El amor al prójimo), publicada en 2005, Bruckner retoma sus temas de predilección: el misterio obsesivo del deseo sexual, el servilismo del sentimiento amoroso y la revelación de verdades escondidas. -¿Por qué vuelve en todas sus novelas al tema de la sexualidad? -Recuerde que Freud decía que el sexo es la vida. El sexo es lo que nos empuja hacia los otros, son las pasiones las que nos atan a la existencia. -¿Es para usted una actitud filosófica? -No, es existencial. Teorizada después a través de mis libros. En todo caso, para mí, el símbolo perfecto de la vida es el círculo. La espiral, más bien. Uno siempre vuelve sobre lo mismo, pero desde otro lugar. Es una teoría que fue desarrollada por Giambattista Vico, el filósofo italiano. El dice que la historia no es un concepto lineal ni un círculo, como era para los griegos, sino una espiral. Las cosas vuelven a repetirse, pero en otro nivel. Creo que es exactamente eso. Yo retomo siempre los mismos temas, pero lo que puede parecer una repetición es una reflexión diferente. Es verdad que cada uno vive con obsesiones y con pasiones y es necesario profundizarlas, analizarlas y, si es posible, desplazarlas. -¿Usted tiene la sensación de que evoluciona? -No, para nada, siento que cambio de punto de vista con respecto a mis obsesiones. Contrariamente a todos mis amigos que, en algún momento, tuvieron necesidad de hacer sus aggiornamenti, tengo el sentimiento angustioso de no haber cambiado. Cambio físicamente, exteriormente, pero no por dentro. Creo que no es demasiado bueno. Es necesario un día u otro aceptar que uno cambia. Yo, por el contrario, sigo inmóvil en mis sueños de juventud. (/.../)(/.../) -En realidad, usted parece ser mucho más soixante-huitard de lo que dice. -Pero nunca fui izquierdista. Siempre fui un socialdemócrata y un atlantista. En realidad, diría que, de aquella época, yo adhiero a una izquierda cultural en vez de política. -¿Qué quiere decir? -Era la izquierda que experimentaba, la izquierda californiana, las comunidades, los hippies. También viajé mucho por India. En todo caso, no sé si por azar histórico o biográfico, siempre viví los movimientos en el momento de su ocaso. Eso me permitió comprenderlos mejor. Por ejemplo, conocí el movimiento hippie en India, en los años 70, cuando se estaba transformando en un movimiento de bandidos, drogados y vagabundos, cuando la gente agonizaba en las calles de Calcuta. Lo mismo me sucedió con Mayo de 1968. Yo era demasiado joven, de modo que no comprendí nada de lo que estaba pasando. Iba todos los días a la calle y no entendía nada. Veía que la gente tiraba piedras, gritaba, manifestaba y no hallaba sentido a lo que estaba sucediendo. Creo que eso es característico de todo acontecimiento importante: las cosas se comprenden mucho más tarde. Es necesario digerirlas. Yo entendí Mayo del 68 tres, cuatro, siete años después, cuando comencé a trabajar asiduamente con Alain Finkielkraut, cuando los integrantes de aquella generación empezamos a desprendernos de la ideología estalinista. Con la revolución sexual fue igual: la viví apasionadamente, pero enseguida tuve un punto de vista completamente crítico, detecté un nuevo dogmatismo, una suerte de nueva ideología que se construía sobre las ruinas de la anterior. Era la reaparición de nuevos tabúes. -Y para denunciarlo escribió Le nouveau désordre amoureux, que provocó un gran escándalo. Lo mismo sucedió con Le sanglot de l´homme blanc. -Ese libro tuvo origen en India. En uno de mis viajes a ese país pude constatar que el discurso que teníamos en Occidente sobre el Tercer Mundo no tenía nada que ver con la realidad. La India no se sentía para nada un pobre pueblo oprimido, sino una gran nación que quería avanzar, sola, por el camino del desarrollo. Con esa intuición traté de conseguir editor en París, pero fue muy difícil. En Gallimard se espantaron, afirmando que no podía decir esas cosas. Por fin, Seuil aceptó publicarme. Durante dos años trabajé sin cesar. Hacer ese libro me dio una felicidad extraordinaria. Hay un momento bendito en la vida de un escritor y es cuando un libro sale naturalmente, sin esfuerzo. Es verdad que de 1968 a 1981 fue un período extremadamente fecundo. -Ese libro fue una especie de bomba. -Fui odiado por algunos, llevado a las nubes por otros. -Era la primera vez que alguien se atrevía a decir esas cosas. -Fue entonces cuando una parte de la izquierda me marginó. Yo mismo comencé a tomar distancias. Ciertas librerías se negaron a vender mi libro. Me acusaron de fascista, pero el libro fue el mayor éxito de todos los que escribí. Después de eso, dejé de escribir ensayos durante años. -En 1985 escribió Paria. -Ese es un libro de culto para los que viajan a India, que allá es utilizado en las universidades, en los departamentos de francés. Con ese libro pasó algo curioso: la historia que cuento sucedió efectivamente dos años después en Calcuta. Un drogado mató a más de un centenar de homeless y todo el mundo dijo: "Parece el libro de Bruckner". -Después, durante cinco años no volvió a escribir. -Creo que correspondió al fin de la adolescencia? Tuve una adolescencia tardía. Digamos, una posadolescencia bastante larga. Entonces decidí ir a enseñar filosofía de la historia francesa a Estados Unidos. Después hubo varios libros seguidos: Une vie d´enfant (Una vida de niño), una novela que gustó mucho... -La tentation de l´innocence (La tentación de la inocencia), en 1995. -Ese fue un ensayo sobre la libertad o acerca de cómo la inocencia se ha transformado en una tentación desde el siglo XVIII. -En esa obra hace una reflexión sobre los medios que tiene el hombre posmoderno para disfrutar de la independencia personal, esquivando los deberes. -Y llego a la conclusión de que el hombre tiene dos posibilidades: el infantilismo o la victimización. En todo caso, creo que uno hace un buen libro cada diez años. Un libro que marca la evolución de la propia reflexión. -¿Siente necesidad de escribir? -Adoro hacerlo. Cuando escribo siento que le estoy dando forma al pensamiento, le pongo límites precisos. Si no lo hago, tengo la sensación de vivir en el juego de la dispersión. La escritura es la concentración. -¿Es un refugio? -No, pero en mi caso, durante muchos años, yo había decidido no trabajar, no casarme y no tener hijos. Era una forma de rechazar el sistema. Viendo la vida de mis padres y de la gente a mi alrededor me decía: es una vida tan mediocre que nunca quiero vivir así. Y sobre todo, no quería ser asalariado. Para mi ser asalariado es el horror, es la esclavitud. -Y sin embargo? -Sin embargo me casé a los 20 años, tuve un hijo, abandoné a mi mujer y no me ocupé de la educación de mi hijo. Pero nunca trabajé. Hice pequeños trabajos que me daban de comer: fui sereno, barman, pianista, mozo? Enseñaba en las empresas a los inmigrantes. Pero, por ejemplo, nunca quise ser profesor. Entonces me dije, es necesario que escriba; sólo así conseguiré no trabajar. Y así fue. Viví con muy poco dinero, pero muy bien, durante 15 años. Viajaba muchísimo. La verdad es que todo era mucho más agradable que hoy. Ahora, doy cursos en el Instituto de Ciencias Políticas de París, pero son apenas dos horas por semana, 14 semanas por año. -¿Esa negativa a participar es una suerte de cinismo filosófico? -No es cinismo, es rebelión. No quiero participar de esta sociedad. Es degradante, no quiero jefes, no quiero colegas de oficina. -Pero si la sociedad no comprara sus libros, usted no podría vivir. -Sí, ya lo sé. Todas las rebeliones son de ese tipo: un poco individualistas. -En el plano político, usted fue uno de los únicos intelectuales franceses que estuvieron de acuerdo con la guerra en Irak. -Sí. Hoy lamento la mala preparación de la administración Bush, pero no la caída de Saddam Hussein. En aquel momento fui acusado de ser un agente del Mossad y de la CIA. Todavía sigo esperando el cheque. En realidad, si fuera un agente secreto, sería más bien un agente francés. -¿Usted es muy francés? -Sí. Durante años odié este país. Nunca quise ir a Africa del norte para no ver el colonialismo francés. Pero todo ha cambiado, ahora adoro este país. Me siento bien aquí, París es una ciudad maravillosa. -¿Por eso es tan duro con los intelectuales de izquierda que, según usted, están paralizando la sociedad? -Es alucinante. En este momento, en Francia es imposible debatir sobre el islam radical, sobre la inmigración, sobre el nacionalismo sin ser tratado de fascista. Si Voltaire viviera, sería enjuiciado por esos grupos intransigentes. Es como si una parte de la intelligentsia, presa de un masoquismo entusiasta, no hallara nada mejor que calumniar a su país, pisotearlo y humillarlo. Al mismo tiempo, esos miles de inmigrantes que golpean a nuestras puertas, prueban hasta qué punto Francia sigue siendo un sueño para tantos extranjeros. -¿Usted irá ahora a América latina y será capaz de decir "Terminen de culpar a Europa y a Estados Unidos"? -Sí. Basta de buscar la razón de todas sus desgracias en los yankees. Estados Unidos está lleno de defectos, pero la responsabilidad de su propia pobreza y corrupción la tienen ustedes. -¿Por qué critica siempre a los europeos, acusándolos de autoflagelación? -Después de la caída del muro de Berlín, estoy mucho más angustiado por la debilidad de nuestro continente que por el poderío de Estados Unidos. Eso es lo que me preocupa. Europa está de rodillas delante de todos los dictadores del planeta, delante de Vladimir Putin y de los países árabes más reaccionarios. -¿Lo dice porque Europa hace lo posible para evitar la guerra a cualquier precio? -Justamente estoy escribiendo un libro sobre eso. Europa ha decidido que la historia se terminó. Fue Francis Fukuyama quien lo teorizó y nosotros, los cretinos que lo aplicamos. Los europeos piensan que se han puesto a la vanguardia de un movimiento que yo llamo "la modestia": la modestia en las relaciones internacionales, en la relación de fuerza, etcétera. El problema es que si quitamos el paraguas militar norteamericano, no queda nada. Naturalmente estoy hablando de la Vieja Europa, de la Europa del Oeste. Europa del Este es perfectamente consciente de los peligros. Saben que el oso ruso sigue estando allí. -Para alguien que no quiere trabajar, usted desarrolla una actividad casi frenética. En el terreno de la creación, ¿se considera un filósofo o un escritor? -Yo reivindico una antigua tradición francesa del siglo XVIII, que es el siglo que prefiero. En aquella época, los escritores eran a la vez poetas, dramaturgos, filósofos y escritores. Es una pena que en Francia, en los años 1970, se haya producido ese divorcio entre la teoría y la ficción.
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Por Luisa Corradini Para LA NACION -- París, 2006 Link corto: http://www.lanacion.com.ar/801404 ___________(Compilado por ClaudioSerraBrun. 2004-2006, Valencia-España).

LA FILOSOFIA EN EL TOCADOR

Por UMBERTO ECO para LA NACION
Sábado 27 de mayo de 2006 | Publicado en edición impresa

Será que la gente ya no soporta la televisión basura, será que en el mundo suceden tantas cosas malas que se siente la necesidad de algunos momentos de reflexión sosegada. El caso es que se están multiplicando los lugares y las ocasiones en que al gran público se le vuelve a proponer la filosofía. Sí, la filosofía de bachillerato: a veces en tertulias dominicales en un café, como en París; otras veces, mediante vulgarizaciones de fácil lectura; otras, haciendo acudir a un público increíblemente amplio a salas donde discuten filósofos de profesión. En todo esto hay bastante de moda y de simplificación mediática, es verdad, pero no hay que subestimar el síntoma. Por lo tanto, se me ocurre una serie de propuestas para los que no son especialistas, incluso para los que no estudiaron filosofía en el bachillerato o los que fueron a escuchar a presuntos filósofos que hablaban en algún sitio y no entendieron nada. A todos ellos les aconsejo la vía más sencilla: leer lo que han escrito los verdaderos filósofos. No siempre la filosofía debe presentarse como algo fácil. A veces debe ser difícil, pero en ningún lugar se ha dictaminado que para filosofar hay que hablar difícil. En filosofía, la dificultad del lenguaje no es señal ni de calidad ni de perversidad, sino que a menudo depende del problema planteado. Hay obras maestras filosóficas que han cambiado nuestra forma de ser y de pensar que son irremediablemente difíciles, por lo que no invitaré a nadie que no esté especializado a que lea la Metafísica o el Organon, de Aristóteles, la Crítica de la razón pura o ese libro sublime pero abrupto que es la Etica, de Spinoza. Hay también filósofos que han sabido hablar de forma accesible y suelen ser los mismos que en otras obras hablan de forma inaccesible. Por lo tanto, aconsejo sólo algunos libritos (cada uno de ellos tiene unas cien páginas) en los que se ve cómo se puede filosofar sin usar demasiados términos técnicos. Empecemos con Platón. Propondría el Critón, donde se aprende cómo y por qué ningún ciudadano debe eludir la observancia de las leyes (se llame Sócrates o Berlusconi) y, pasando a Aristoteles, la Poética. Olviden que habla de la tragedia clásica. Léanla como si nos describiera cómo se construyen un policial o una película del Oeste. Nuestro hombre ya había entendido todo lo que más de dos mil años después entenderían Alfred Hitchcock y John Ford. A continuación, lean el De magistro, de San Agustín. Se refiere a cómo se le habla a un hijo sobre los temas de todos los días. Un libro genial por su sencillez y su agudeza. Aun siendo un admirador de la Edad Media, encuentro difícil aconsejar un texto de la gran época escolástica, porque unas pocas páginas, leídas fuera de su contexto sistemático, pueden quedar desnaturalizadas. Saltemos el foso, el estrictamente filosófico, y orientemos a nuestro lector hacia el epistolario (ay, sí, amoroso) de Abelardo y Eloísa. No esperen demasiado sexo, pero vale la pena. Para el Renacimiento, intentémoslo con la Oración sobre la dignidad del hombre, de Pico della Mirandola. Y luego (pero sólo en antologías, y las hay) algunas páginas de los Ensayos, de Montaigne. Funcionan también en dosis homeopáticas. Inmediatamente después, el Discurso del método, de Descartes, ejemplar por su claridad, y a continuación una antología de los pensamientos de Pascal. Por último, un filósofo que escribía como si estuviera en una charla de sobremesa con sus amigos, culto y juicioso, el John Locke del Ensayo sobre el intelecto humano. La obra completa es muy larga, pero yo diría que pueden limitarse al tercer libro, dedicado al uso que hacemos de las palabras. Como con Aristóteles, léanlo como si Locke nos hablara de los discursos de hoy y comparen sus observaciones con las primeras páginas de los periódicos y con los debates televisivos de nuestros días. Para la Ilustración, me limitaría por ahora al Cándido, de Voltaire. Al fin y al cabo, se trata de una novelita, y la mar de agradable. Ahora les hago una propuesta provocadora: visto que Kant es, por definición, demasiado exigente, salgamos a su encuentro allá donde, para redondear el sueldo, daba clases a los estudiantes sobre argumentos en los que no estaba especializado, y se demostraba gracioso, extravagante, capaz de contar anécdotas y de expresar opiniones incluso paradójicas. Leamos, pues, su Antropología en sentido pragmático. El título puede dar miedo, pero el texto es de alta gacetilla. El siglo XIX es una mala bestia: son todos librotes difíciles, pero sólo nosotros, los italianos, no consideramos el Zibaldone de pensamientos, de Leopardi, una obra de alta filosofía. Recientemente, en Francia, lo han recuperado con inmenso respeto. También ahí adoptamos un espíritu antológico: una paginita o dos antes de acostarnos. ¿Y luego? Pues luego el espacio para mi columna se ha acabado, y dejo de lado a los contemporáneos. A menos que quieran saborear, saltando de aquí para allá, bien dosificadas, algunas de las observaciones de Wittgenstein en (no se asusten por el título) Investigaciones filosóficas. De vez en cuando dirán que estaba loco. Sí, estaba loco. Pero qué loco.
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Por Umberto Eco Para LA NACION Eco es autor de las novelas El nombre de la rosa y Baudolino , entre otras obras. (Traducción de Helena Lozano Miralles) Link corto: http://www.lanacion.com.ar/809254 http://buscador.lanacion.com.ar/Nota.asp?nota_id=809254&high=filosof%2525EDa
(Compilado por ClaudioSerraBrun. 2006)
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