viernes, 31 de diciembre de 2010

LA VISCOSA IDEOLOGÍA PACIFISTA DE LA FARÁNDULA SOCIALDEMÓCRATA

Por GUSTAVO BUENO
Saturday, December 4, 2004
El Catoblepas Revista crítica del presente. nº33-NOVIEMBRE2004 "La viscosa ideología pacifista de la farándula socialdemócrata" Por Gustavo Bueno (Ref.Autor: http://www.nodulo.org/ec/aut/gbm.htm ) El Catoblepas • número 33 • noviembre 2004 • página 2
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La viscosa ideología pacifista de la farándula socialdemócrata Por Gustavo Bueno
Un análisis de las reacciones españolas ante la reelección de Bush como presidente de los Estados Unidos de América (del Norte) Farándula y socialdemocracia no son lo mismo. Por de pronto, la farándula es mucho más antigua: tiene que ver con una danza de la Provenza y con unos farsantes (creadores de farsas, cómicos de la legua) vagabundos (que algunos filólogos alemanes, «barriendo para casa», asociaron al verbo fahren, viajar). La farándula estaba emparentada con el mester de juglaría, y representó ese espíritu libertario, bullangero, teatral, desenfadado, humanista, utópico, pacifista, crítico del sistema económico y político, en el cual, sin embargo, los de la farándula vivían, y al que servían. La socialdemocracia, que apareció siglos después (como un cuarto género de izquierda), mantuvo un cierto espíritu libertario, muy moderado y conciliador, y siempre relativo, incluso frente a la severa disciplina de los partidos marxistas anarquistas, que consideraban a sus posiciones conciliadoras y gradualistas como una traición –el «renegado Kautsky»–, como una vuelta al capitalismo. (/.../)
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(/.../)Las actuaciones públicas (de la farándula), como trujamanes de la «conciencia del pueblo», consistieron al principio en poner sus nombres entre los cientos y cientos de firmas que suscribían los manifiestos de protesta contra el Gobierno. Muerto Franco, ya no necesitaban firmar manifiestos, porque disponían de las páginas centrales de los periódicos de mayor tirada, de emisoras de radio, de pantallas de televisión. Representaban el Progreso, la Cultura, la Vanguardia de la Humanidad, el 0,7%, el Pueblo, la Izquierda; decían representar hasta a la misma Madre Naturaleza («¡No a las centrales nucleares!», «¡No al trasvase del Ebro!»). Había muchos motivos y ocasiones, una vez desmantelados los Partidos comunistas, para que se produjera la confluencia entre la farándula ampliada y la socialdemocracia rampante. La ocasión más reciente, en la que la influencia común llegó a tomar la calle, tuvo lugar en la primavera de 2003, con motivo de la guerra del Irak (la farándula había quedado paralizada tras el atentado del 11S y la inmediata guerra de Afganistán). Pero las cosas habían cambiado. Desde Europa el 11S quedaba cada vez más lejos, y cada vez más cerca el petróleo de Irak y la necesidad sentida por Francia y Alemania por controlarlo, al margen de Estados Unidos. España había decidido comprometerse con los Estados Unidos en el mantenimiento del orden internacional establecido; esperaba, no sin fundamento, que si se comprometieran también otros Estados europeos, el control del Irak –de su petróleo– y del terrorismo islámico podría conseguirse plenamente. Pero la socialdemocracia española vio con claridad que si esto ocurría podía ya despedirse del gobierno. Optó por unirse a Francia y Alemania y salió a las calles, teniendo como altavoces a los intelectuales y a los artistas, a la farándula en general, de cuyas filas salían los lectores de los comunicados en las manifestaciones. La farándula había heredado las funciones que los frailes del Antiguo Régimen, incluso en la época del Padre Cádiz, asumieron: predicaba la Paz, la Humanidad, a través de la necesaria caída de Aznar y de Bush. Todo encajaba: la España progresista podía golpear con fuerza a Aznar y a Bush porque tenía con ella a «Europa» (a Francia y Alemania: como si Inglaterra, Italia, Polonia, &c., no fuesen Europa). Incluso creía también firmemente que el pueblo americano estaba amordazado por los republicanos: suponía que el pueblo que alentaba la democracia americana era evidentemente el pueblo representado por el Partido Demócrata, como su propio nombre lo indicaba. Se trataba, por tanto, de derribar a Bush para que el pueblo americano, secuestrado por él, pudiera volver de nuevo a tomar las riendas de su destino oculto. (/.../)
(/::./) Es cierto que no quedaba siempre claro si el enfrentamiento había que dirigirlo contra Bush o contra el pueblo americano, o a éste a través de aquél. A Zapatero, por ejemplo, como signo de enemistad hacia Bush, no se le ocurrió otra cosa sino sentarse cuando, en el desfile de la Castellana del 12 de octubre de 2003, pasaba la bandera norteamericana. ¿No se había dado cuenta el entonces aspirante a presidente, que la bandera no representaba al Partido Republicano sino al Pueblo norteamericano? Se diera cuenta o no, su gesto era el propio de la ambigüedad constitutiva de la socialdemocracia. Y llega el año 2004, año de elecciones parlamentarias en España y de elecciones presidenciales en Estados Unidos. La farándula, en confluencia con los socialdemócratas, ven la ocasión de sacar rendimiento a las movilizaciones por la Paz, contra Aznar y Bush, del año anterior. Quienes se manifiestan por la Paz se supone que se manifiestan también contra Aznar, «que había llevado a España a la guerra del Irak». La campaña electoral del PSOE encuentra en la oposición a la guerra del Irak, y en la oposición a Bush, la principal arma para golpear al gobierno del PP (a Aznar, y a otros dirigentes, la farándula y muchos socialdemócratas les llaman «asesinos», incluso en el Parlamento). Y en esto ocurre, como un efecto dignamente ilustrativo de la armonía preestablecida, tan querida por el pacifismo de todos los tiempos, la masacre del 11 de marzo del 2004. «Terrible, pero es nuestra ocasión, siempre que no sea ETA la responsable.» La masacre del 11M servirá para derribar al gobierno del PP si los autores han sido los musulmanes. Si hubiera sido ETA la masacre favorecería al gobierno de Aznar. Hay que descubrir, por tanto, las pruebas, no buscando en la dirección de ETA, sino en la dirección del terrorismo islámico, fuera marroquí, fuera argelino, fuera iraquí: lo importante es que hubiera tenido algún contacto con Al Qaeda, con el Irak. Y resultó que los terroristas habían sido musulmanes. Luego ya se tenían los motivos, los planes y se conocían los ejecutores. ¿Que ETA les facilitó la infraestructura, los planos, &c.? ¡Qué mas daba! Los autores responsables eran ellos. Y cuando los socialdemócratas ya estuvieron seguros o casi seguros de que esto había sido así, los intelectuales y artistas, la farándula, junto con los dirigentes socialdemócratas, en lugar de preocuparse por las víctimas y dejar para después de los funerales la cuestión de su autoría, lanzaron con toda energía y prontitud la campaña del 12 y 13 de marzo, al grito de «¡Queremos saber!».
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(Sigue en http://www.nodulo.org/ec/2004/n033p02.htm )
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(Compilado por ClaudioSerraBrun. 2004, Valencia-España). Comuníquese con DiarioLeido y aporte recortes de prensa documentados con imagen *.jpeg del original, al siguiente correo: diariosleidos@hotmail.com

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